El Bogavante Feliz: 2009

No sé por qué, se me ha venido a la cabeza un chascarrillo que nos contaba mi padre. El de 'La democracia del barquero'. Según cuentan, una vez iban diez en una barca y votaron a ver quién remaba. Y 9 votaron que remara el otro. Total, mayoría absoluta.
Lo peor es que cuando ayer hablamos de crear un blog hubo Unanimidad. Hasta yo dije que sí y ahora me veo aquí intentando entender cómo co??nes funciona esto.

Pero bueno, vamos a lo que nos interesa. Lo importante es que ayer la volvimos a liar. Esta vez en la forma de una migas y con un tapeillo de embutidos, queso, tortilla, chorizo... por si las migas eran poca cosa.
Tampoco faltaron la cerveza, el vino y un vinillo dulce de cómpeta que parecía que nos estábamos comiendo las migas en esas ventas de los montes.
Y de postre unos brazos de gitano de importación, traídos desde Alfarnate y un chocolate que resultó ligar perfectamente con mi whisky con cola.

Entre los asistentes hubo nuevos fichajes que firmaron los estatutos y se apuntaron a la peña y un maremágnum de chavales que cuando se salieron a la puerta parecía que se había echado el aire.

En resumen, que lo pasamos bien, los niños desfogaron jugando, las madres charlando y los padres trasegando. Nos pusimos al día de nuestras movidas y nos vimos las caras, que algunas las recordábamos borrosas y con menos arrugas.

Personalmente, estoy feliz por otra cosa. He visto que en el blog puede escribir cualquiera. Así que le puedo soltar el muerto alegremente al que más borracho esté en el próximo encuentro del 23 de Enero.

A partir de aquí creo que tendré que contar más detalladamente los asistentes, el menú y la fecha de las siguientes citas, para que quien no pueda venir sepa lo que se ha perdido.

Pincha este enlace para ver las fotos de este día

TA TA TA CHÁN. 'Habemus Blog'

Todavía se me hace la boca agua recordando lo que me pasó el día del cumpleaños de Gema. Resulta que tuvo la buena idea de organizar una mariscada en su cortijo.

Allá que llegó Diego, el argentino, con 23 kilos de marisco en el coche y toda la familia oliendo a gambas, que daba alegría cuando se te acercaban.

En fin, que llegamos por la mañana y me encuentro a Javi y a Tote arreglando conchas finas con gran ilusión y el frigorífico lleno de cajas de corcho con gambas, cigalas, navajas, mejillones, conchas finas, almejas, ostras, trompos, berberechos... Algunas cosas sólo las había visto en el National Geographic.

Después de varias horas pelando y chupando como alimañas tuvimos que rendirnos a la evidencia: No éramos capaces de comérnoslo todo. Así que aparcamos un rato las cervezas a la sal (una palangana entera) y los verdejos y nos echamos un ratito a los cubatas para hacer hambre.

Y a la hora de la cena, reenganche. Mi mujer decía que 'aquello ya era asqueroso'. Otra caja de cigalas y navajas para cenar y todos mojando sopas en la salsita de las almejas. (Ella la primera)

Al final de la noche, 4 sacos llenos de cáscaras, servilletas, latas de cerveza y botellas de vino. ¡Madre mía! Y eso que dos bogavantes se quedaron de 'sobreros' y se volvieron vivos a los corrales. Decía Diego que los iba a congelar vivos para que al sacarlos tuvieran la máxima frescura. Desde luego, qué mala suerte ser bogavante. Te cortan vivo, te guisan vivo, te congelan vivo... Sólo me consuela pensar que su sacrificio valió la pena: ¡cómo estaba el arroz!

En plena fase de la borrachera de exaltación de la amistad, empezamos a decir que esto había que repetirlo y a mi Eva se le ocurre decir que fundamos una peña gastronómica. Rápidamente se improvisaron los estatutos en una servilleta y los firmamos todos. Y en honor de los pobres animalitos que nos comimos, decidimos ponerle 'El Bogavante Feliz' para acordarnos siempre de cómo empezó la cosa y de la alegría de este día.