PRÓXIMA COMIDA

De momento, sin previsión :·(

Por favor, animaros y me decís quién y cuándo organiza la próxima comida.













2012-02-12 Locro Argentino

El día empezó mal. A las 9.05 de la mañana me despertó Eva diciéndome: "Venga, vamos, que se nos hace tarde".
Yo le pregunté: "¿pero nos toca a nosotros guisar?"
- No.
- ¿Entonces?
El caso es que a las 12 estábamos en el Trabuco y llegamos a comer de los primeros, sobre la una y media. Aparte de los organizadores sólo habían llegado Juani y Gema y Maricel y Juan, unos amigos argentinos de Diego y Karina, que venían con su hijo Joaquín dispuestos a disfrutar la comida de su tierra y a colaborar para que la disfrutásemos todos. Estuvimos charlando y me preguntaron: "¿tú eres el que escribe el blog?".
Me dejaron un poco preocupado porque yo siempre había pensado que el blog sólo lo leemos los de la pandilla, pero resulta que no, así que tendré que cortarme un poco y no escribir barbaridades. Por ejemplo, si alguien pilla una tajada monumental y su mujer tiene que arrastrarlo hasta su casa protestando y poniéndolo a parir contaré que: "se encontró mal y su mujer lo acompañó a casa preocupada".
Al principio puede parecer que la historia queda un poco sosa, pero en realidad, si leemos entre líneas y usamos nuestra imaginación, podemos inventar cosas incluso mejores que las que realmente pasaron. Si cuento que dos personas se saludaron efusivamente podéis pensar que se dieron un beso en la boca o si digo que discutieron, podéis imaginar que se partieron la cara.
Es lo que sucede habitualmente con las noticias en los medios de comunicación, que se inflan o se les quita hierro hasta que no se parecen en nada a la realidad. Por suerte nosotros somos testigos presenciales de lo ocurrido, así que sabemos de primera mano lo que de verdad ocurrió.

Pero yendo a lo que interesa, nos reunimos para comer un locro argentino . Por si alguien no sabe lo que es, os aclaro que se trata de un guiso a base de zapallo, porotos y maíz que se consume en la zona de la cordillera de los Andes. Os juro que eso es lo que pone en la Wikipedia (lo busqué en cuanto me dijeron que íbamos a comer eso). Como no lo veía claro, seguí investigando y resulta que es un potaje de habichuelas con calabaza y maíz blanco. También llevaba ternera, costillas de cerdo y callos (estómago), chorizo criollo y del otro... Diego me dijo que también se le suelen echar pies de cerdo, aunque no sé si ellos llegaron a añadirlos. En fin, ligerito, ligerito, pero pegaba muy bien para esta época del año.
También comimos matambre, empanadillas argentinas, morcilla, vigilantes y flores de hojaldre con dulce de membrillo y de batata.
Sinceramente, no sé cómo explicar los platos para quien nos los haya probado antes.
El matambre era un trozo de carne grande y plana, cocinado al horno con leche. Yo no lo había probado nunca y me encantó. Además, fue lo primero que nos echamos al estómago y lo pillamos con hambre.
Las empanadillas argentinas son grandes, rellenas de carne picada y muy jugosas. La morcilla era del Trabuco, de toda la vida. De cebolla para quien no sepa cómo se hacen aquí.
Los vigilantes son comocroissants pero más derechos y más uniformes, sin tanta barriga en medio. Buenísimos.
Y las flores de hojaldre se formaban con dos cuadrados de hojaldre puestos uno girado respecto al otro que se cerraban alrededor de un torzo de carne de membrillo o batata. Luego se freían y se embadurnaban con un almíbar. Nos los comimos calientes porque iban cayendo a medida que salían de la freidora.
En fin, un auténtico festín, aunque difícil de describir para mí. ¿Cómo explicaríais a alguien que nunca lo haya probado a qué sabe un plátano o una porra fría? Yo me veo incapaz.
Hacía un día espléndido de sol. Tanto que apetecía acompañar a los que salían a fumar a la puerta. Eso sí, a los 10 minutos "apetecía muchísimo" volverse para dentro porque fuera hacía un frío considerable, a pesar del solecito.
La comida la tomamos en la cochera, aunque la mayor parte del tiempo la pasamos en la cocina, buscando el calor de los fogones y charlando con los cocineros. En el salón ardía la chimenea y en la cocina teníamos tantas cosas encendidas que saltaron los plomos un par de veces. Estaban las dos ollas del locro. El horno con el matambre. El microondas descongelando empanadas que luego iban a la freidora. Y para los postres, calentando los vigilantes en el microondas, friendo flores de hojaldre, hirviendo el almíbar... Entre eso y la gente, se estaba la mar de calentito.
Nos reunimos unos 20 adultos con continuas rotaciones: a la calle a fumar y a darle vuelta a los niños; a la cochera a poner la mesa; al baño a... bañarse; y de vuelta a la cocina para cocinar, fregar, llenarse la cerveza o simplemente charlar ¡Hay que ver el juego que da una encimera en forma de isla en una cocina! Y si además le agregas una mesa, formando un ocho, las posibilidades son infinitas. Mira que habíamos gente en 20 metros cuadrados, pues se estaba cómodo.
Los niños, como viene siendo habitual, se portaron muy bien. Se perdieron entre las pistas de deporte y la buhardilla y no dieron guerra ninguna (no vino ninguno sangrando ni rompieron ningún cristal, ni nada). Claro que mi opinión es sesgada porque mis niñas "insistieron" en quedarse con la abuela, así que Eva y yo vimos los toros desde la barrera. También hay que reconocer que los organizadores fueron precavidos y dejaron a Lula y Luna con la "abuela" para garantizar la salvaguarda de su integridad física y también, como no, para evitar que se pusieran pesadas y terminaran pillando un trozo de matahambre. Luego se te malacostrumbran y lloran cada vez que les echas el pienso durante el resto de su vida.
Además de los habituales y de Juan y Maricel, también vino Jaime, el hermano de Javi. Una vez más nos juntamos y pasamos un buen día. El caso es que a mí se me hizo muy corto. No sé si porque lo pasé muy bien o porque, como era domingo me tuve que ir pronto para volver a Málaga. Sin embargo, a pesar de todo, dio tiempo a que ocurriera una catástrofe: Cuando parecía que todo iba a pedir de boca, Eva y Gema se pusieron a hablar de una queimada y se ve que con las llamas del orujo se calentaron y se ofrecieron para cocinar en la próxima cita. Y digo yo:
¿No habíamos quedado en que se sorteaba? ¿No puede apelarse la decisión? ¿O declararla nula? (sabe Dios cuántas cervezas sin alcohol llevaban en el cuerpo esas mujeres a esa hora). Y sobre todo, si para ir a comer me levanté a las 9:05, ¿a qué hora me tendré que levantar la próxima vez? En fin, ya es tarde para lamentarse, habrá que ir pensando en el menú porque, aparte de queimada y pulpo a la gallega, ¿qué comen los gallegos? (se admiten sugerencias).
Hablando de sugerencias, me ha dicho Javi que podríamos poner publicidad en el blog para subvencionarnos las comidas. Google te ofrece un servicio asociado al alojamiento de la web pero pienso que quizá sería más práctico algo más local:
Se vende coche, se busca novia, se cambia marido seminuevo... Habrá que pensarlo bien, porque lo cierto es que hasta ahora hemos patrocinado los compangos de Mercadona o el Molino Jabonero y no hemos pillado un duro por ello.