PRÓXIMA COMIDA

De momento, sin previsión :·(

Por favor, animaros y me decís quién y cuándo organiza la próxima comida.













09-10-2011 Bogavante Campero

La verdad es que no sé por dónde empezar, ¡hay tanto que contar! Creo que lo mejor será hacer como decía Jack el Destripador, "vayamos por partes".
Como Elías trabaja los sábados, este bogavante lo hicimos en domingo. Así que el 9 de Octubre nos presentamos en el camping para el "BOGAVANTE CAMPERO" que nos habían preparado Elías y Mari y Gerardo y Emi.
Aunque el sábado el tiempo no estaba muy allá, el domingo amaneció radiante y buscábamos la sombra. A primera hora soplaban algunas rachas de aire frío, pero luego se echó el aire y nos dejó comer tranquilos.
Lo primero que nos llamó la atención según íbamos llegando fue el pedazo de remolque y de coche en el que habían transportado todas las viandas. En cambio, cuando aparcamos se nos fueron los ojos al golpe que tenía María en la ceja. La pobre se cayó y se dio con una esquina de la plancha en la frente. Así que el día empezó mal para los cocineros, con la niña en urgencias.
Nuestra primera e importante tarea consistió en localizar la perola del arroz que no aparecía por ninguna parte. Estábamos ya pensando quién iba a bajar al Trabuco a por ella cuando Elías la localizó con gran alivio para todos. A partir de ahí todo fue coser y cantar, o al menos eso me pareció a mí como comensal.
La segunda tarea de calado consistió en establecer un perímetro de seguridad contra las cabras. Para ello le dijimos a los niños que se sintieran libres de apedrear a la que se acercara demasiado y "e-vualá" ¡problema resuelto!
Había un bidón azul lleno de agua y bloques de hielo en el que estuvimos jugando a "pescar la litrona" con gran aceptación del público. Yo creo que para muchos el cielo tiene que ser algo así (el paraíso de los cerveceros)
Además, "nuestro árbol" estaba decorado con banderitas y la pared con unos bogavantes que nos daban la bienvenida y unos sombreros que nos fuimos colocando a medida que fuimos llegando. Y nos vinieron bien porque, desde que se echó el aire al medio día, el sol calentaba.
Rápidamente los anfitriones comenzaron a sacar "tapas" para amenizar la espera mientras se preparaba el arroz. Bueno no eran exactamente tapas, eran fuentes, bandejas y fiambreras de porra fría, ensaladilla rusa, tortilla de patatas, queso, jamón... Con el jamón tuvimos nuestros más y nuestros menos porque al principio no había nadie que supiera cortarlo finito y el cuchillo tampoco ayudaba mucho. Pero con el compañerismo que nos caracteriza nos los fuimos comiendo sin protestar hasta que fueron llegando los cortadores habituales.
Haciendo gala de buena educación, comenzamos a comer sin esperar a los rezagados para que no se sintieran culpables por llegar tarde. ¡La educación ante todo!
Por comodidad y para reducir el riesgo de incendio colocamos el arroz encima del remolque. Viéndolo se me ocurrió que no estaría mal montar una arrocería ambulante y viajar de feria en feria. Voy a ver si Juan me puede echar unos numerillos y ponemos en marcha la cosa. Si alguna está pensando en mandarme a su marido para que me lo lleve de tourné un par de meses que lo olvide, que es una broma.
Además de los habituales, vino José Manuel, el hermano de Elías, con su novia. Y también de Alfarnate llegaron Trigo y su respectiva. Los hermanos de Mari no vinieron todos, aunque yo creo que en el llano seguramente habrían cabido ;·) Sólo Carlos y Sonia con David. Y por parte de Emi vinieron su hermana Almudena y su cuñado Miguel con gran despliegue de vehículos (aparte del coche en el que subieron ellos nos prestaron su remolque y el patrol para tirar de él, que vinieron de perlas porque había muchísimas cosas que transportar).
Volviendo al menú, el arroz estuvo de muerte. Mejor que los que hemos encargado en los bares estos últimos años. Y disfrutamos de comer en el campo que hacía mucho tiempo que no lo repetíamos. Yo creo que desde que Gerardo se tiraba con la paellera por las turrunteras de los caños apenas hemos salido al campo para los San-Marqueos y no hemos hecho arroz. No es de extrañar, si la paellera hubiera sido mía yo también habría dicho que "mejor preparamos barbacoa". Para el cordero creo que engañaron a la madre de Elías para prepararlo y yo opino que la vamos a tener que hacer "bogavante honorífica" porque los platos se vaciaron a una velocidad de vértigo. Además, con el rollo igual la mujer se anima y nos guisa otra perola. La última cosa típica que no podía faltar en un día campero fueron las tajadas de melón y sandía. Sin duda, están mucho mejor en el campo que en casa.
Y después de comer disfrutamos de un surtido de postres que demostró que si te esfuerzas siempre de cabe un poquito más. Además, como siempre, todos queríamos probarlo todo (arroz con leche, flan, tarta de galletas) y hubo que reducir las raciones para evitar llegar a las manos por las últimas porciones de tarta.
Mientras intentaba echar la comida para abajo, acompañé a Ana a dar paseo con los niños y a la vuelta los estuve pastoreando por esas peñas. Como no llevaba honda ni perro, la cosa resultó complicada y tardamos un rato. Cuando volví me enteré que se había celebrado el sorteo y la próxima comida la organizan Javi y Ana con Diego y Karina. Me extrañó que se hubiera metido en el bombo a Diego y Karina que no estaban. Pero, cuando lo pensé un poco, me alegré porque seguro que comemos bien y, lo más importante, porque no me había tocado a mí (bueno, a Eva, a mí de todos modos no me iba a tocar).
Lo cierto es que pesa la responsabilidad cuando te toca, porque llevamos dos años preparando una comida buena y otra mejor y cada encuentro nos está sorprendiendo positivamente. Así que, aunque sabemos que lo importante es reunirnos y echar el rato, todo el mundo se esfuerza al máximo en lucirse y agradar a los demás y los resultados están siendo espectaculares. No sé, quizá tendríamos que poner un tope a la calidad de las comidas para dejar un margen de mejora. Si no, ¿qué vamos a preparar en la próxima ronda? ¿Y en la siguiente?
Por cierto, que Mari pidió una excedencia de tres años por cuidado de bebés, pero no sé si va a colar. Si por lo menos el arroz les hubiera salido soso y pegado, pues todavía lo podríamos considerar, pero guisando tan bien... Por si fuera poco, sospecho que el año que viene podemos tener una epidemia de bajas maternales, porque ya sabéis como son estas cosas, que parece que se contagian y nos podemos ver sin cocineras y, lo que es peor, con otra tanda de churumbeles para criar. No sé lo que pensaréis los demás pero personalmente yo no lo veo claro.

Lo bueno del campo es que los niños pudieron zascandilear a gusto. Pudimos comprobar que para el juego del pañuelo todavia son demasiado pequeños, pero para tirar de la cuerda no tienen precio. Auténticos campeones.

La cosa es que se estaba muy a gusto, como era domingo, no pudimos alargar mucho la cosa. De todos modos, permanecer a la intemperie al caer la noche hubiera sido un suicidio, con las pelúas que caen en la sierra. Encima yo, como tenia que conducir para Málaga me tuve que cortar con el vino y las copas. Así que confío en que la próxima comida la hagamos en sábado y, a ser posible, en el Trabuco y podamos quedarnos a cenar.

Como siempre, yo cuento mi particular versión de los hechos y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Como dirían en el Diario de Patricia:
¿Te encontraste una piedra en el arroz y te partiste un diente? ¿Viniste con fiebre y se te curó con la cervecita? ¿Te atacó una serpiente cuando intentabas mear, aprovechándose de que tu marido no podía defenderte porque estaba de ciclismo? ¿Eres de los que se habrían comido otro plato de arroz con leche o de los que van a muerte con la tarta de galletas?

Si quieres que conozcamos "tu verdad", aprovecha y cuenta lo que quieras en los comentarios.

FOTOS Bogavante Campero 09-10-2011