PRÓXIMA COMIDA

De momento, sin previsión :·(

Por favor, animaros y me decís quién y cuándo organiza la próxima comida.













31-12-2011 Nochevieja 2011.
El año del dragón de agua

Ayer estaba viendo en la tele que en Madrid están celebrando el año nuevo chino y me dije: "Macho, otro año y yo todavía no he escrito el blog de Nochevieja". Así que me puse manos a la obra.
Como el año pasado nos fue bien la cosa, este año hemos repetido en el Molino Jabonero. Eso sí, este año no hemos vuelto a preparar la comida los hombres y hemos dejado que las mujeres se luzcan (bueno, y algunos hombres). A pesar de haber preparado una comida coral, el menú quedó redondo, como si un solo cocinero lo hubiera planificado y preparado. Naturalmente, nosotros también salimos redondos después de tanto tragar, pero ¿quién podía resistirse a probarlo todo?
Para aprovechar el alquiler nos fuimos por la mañana y estuvimos comiendo al solecito. Sin duda, entre todos, los que más aprovecharon fueron los niños que no pararon de entrar y salir (la mitad de las veces saltando la valla) y de correr por todas partes.
En un momento dado se les cayó la pelota al río y ahí estuvimos entretenidos varios padres un rato hasta conseguir rescatarla. De chiripa no caímos ninguno al río. Y, sospechosamente, a los pocos minutos volvió a caérseles. Parecía que la hubieran tirado adrede para volver a disfrutar del espectáculo de rescate y, si se terciaba, de algún chapuzón. Por si acaso, decidimos dejarla allí.
A medio día nos dedicamos a los callos que hizo Javi y a la barbacoa que sobró del bogavante campero. Se estaba de fábula al solecito y hasta pegaba la cerveza, pero nos cortamos porque no era plan de liarse y recibir el nuevo año durmiendo la mona.
La comida fue informal, de pie y a base de arrimarse "voluntarios" por la cocina. La plancha no paró hasta que vimos que el perro se comió su parte correspondiente. Yo creo que otra media docena de filetes se habría comido, pero tampoco era plan de malcriárselo a Germán. Lo importante es que el animal ya es, sin duda, amigo nuestro y en próximas visitas empezará a menear el rabo en cuanto vea asomar nuestros coches por la punta del camino. Y siempre es bueno llevarse bien con un mastín de ese tamaño.
Después de comer entretuvimos a mis niñas (las tres) poniendo la mesa para la noche. Más que nada por quitarlas del frío de la calle. Está bien que los pequeños se vayan acostumbrando a colaborar a ver si en unos años preparan ellos la comida de vez en cuando. Estuvimos escuchando música con cubatita a la orilla de la chimenea. Y no se oía mal, para ser un móvil conectado directamente a unos altavoces de ordenador bastante cascados (son del mismo modelo que los míos, así que no te digo más, lo menos tienen 20 años). Mientras tanto, las señorasaprovecharon para intercambiarse las bragas (las braguitas rojas de Nochevieja, no seáis mal pensados). Y luego para casa a maquearnos y darle los últimos toques a la comida.
Cuando llegamos a cenar y vi cómo venían las chicas me alegré de no haberme venido en chándal como había estado pensando. ¡Vaya modelazos! Como he dicho antes, a pesar de que cada uno traía un plato, la comida estuvo bien coordinada. No fue como suele ocurrir en la fiesta que tenemos una serie de platos deslavazados y terminamos poniéndonos morados de tapas variadas. Bueno, en esto último sí que ocurrió como en la fiesta.
En fin, vamos allá con el menú. Espero no olvidarme de nada porque hace ya mes y pico y mi memoria ya sabéis que es regularilla. Si se me olvida la niña en la piscina, imagínate el menú del mes pasado. Sé que cuando lo preparan todo los mismos, puede perdonarse un error, pero así da más coraje, parece algo personal. Y encima no tengo todavía las fotos para copiarme. Vamos allá, pero por favor, si se me olvida algún plato, no me lo tengáis en cuenta.
Empezamos con unos entrantes: gambas cocidas, patés, queso y unos embutidos (jamón, salchichón...)
Luego seguimos con los boulevan rellenos de cóctel de gambas. Claramente, el cóctel de gambas mejora dentro del bouleván respecto a comerlo en un vaso. ¿Qué le aporta el vaso? Y después un poquito de lomo a la sal que tampoco estaba mal.
A estas alturas yo ya estaba cenado pero continuamos con una sopa de calabacín con gambas y/o callos según el gusto de cada uno.
Y de segundos tuvimos albóndigas de rosada, solomillo relleno de ciruelas con una salsita rosa súper bonita y cochinillo asado. Estuvo todo buenísimo y los platos bien presentados que alguno daba pena comérselo. Según Javi, cuando vio el cochinillo espatarrado en la bandeja parecía que estaba dormidito y daba pena despertarlo. Luego, una vez troceado y repartido en platos, se deshizo esa magia y terminó en las panzas como todo lo demás manjares que tomamos.
Cuando terminamos los segundos apenas faltaba un cuarto de hora para las doce así que, en lugar de apresurarnos, decidimos recoger y tomar las uvas antes de continuar con los postres. Personalmente creo que vino bien tomar unos minutos de descanso para pillar los postres con más ganas y disfrutarlos en vez de engullirlos a la bulla. Aunque lo cierto es que después de las uvas ya no volvimos a sentarnos. Hacia ese momento llegaron la Rubia y Francis con sus niños para tomarse las uvas con nosotros. No sé cómo, se prendió un chapón que estaba en la chimenea, debajo de las tenazas y una jarrilla de aceite. Como el chapón impregnado en aceite no era fácil de apagar ni era plan de sacarlo ardiendo por medio de todos, lo echamos a la candela para que se consumiera y se lió una humareda que nos tuvimos que salir a la calle, a pesar del frío que hacía. Pero era imposible aguantar esa zorrera y la chimenea ardía con unas fogaradas que salían por arriba y se veían desde la calle. Con las chispas y las llamaradas que echaba la chimenea sólo nos faltó el dragón de agua para celebrar el año nuevo chino. Por curiosidad he preguntado en el mercado y no creáis que es fácil encontrar dragón. Igual podríamos haber disfrazado al cochinillo, no sé. A ver si el año que viene, con más tiempo, buscamos el animal correspondiente. Espero que no toque el mono, el perro ni la rata. Ya lo vamos mirando y lo hablamos, si eso.
Bueno, como decía, las uvas las tomamos en la calle, bajo cero, y las escuchamos en la radio de un coche. Allí nos dimos besos y abrazos y, en seguida volvimos a entrar para los postres, el cotillón, el bailoteo y los cubatitas.
De postre había flan de turrón, muy suavito, y una fuente de chocolate con unos palillos para meter trocitos de fruta. Estaban divinos los trocitos de fruta fresquita con el chocolate caliente. Y las mamás y los niños disfrutaron de lo lindo. Sólo de ver las caras llenas de chocolate de los pequeños ya lo paladeaba uno. Si alguno lo quiere hacer en casa y no tiene el electrodoméstico "fuente de chocolate", puede usar una fondue y llenarla de chocolate.
Como adelanté, ya no volvimos a sentarnos a la mesa y los postres nos los tomamos como encartó. Luego sacamos las bolsas de cotillón y ¡A BAILAR!. A partir de aquí, no voy a contar más. Ya sabéis, "lo que ocurre en Las Vegas se queda en Las Vegas".

ESTATUTOS
Un poco antes de la medianoche, aprovechamos para firmar los estatutos. Ya sólo falta que Tote se los de a Juan y él los lleve a Justicia y nos legalice. El caso es que los firmamos alegremente, sin mirarlos, así que lo mismo ahora el Tote es dueño de todas nuestras casas. Por si alguno quiere saber lo que firmó, los voy a enlazar aquí, para que durmáis más tranquilos. La junta directiva está compuesta por mí (presidente), Juani (vicepresidente), Isa (tesorera), Javi (secretario) y los vocales (Josema, Diego y Juan).
La primera dama y la segunda ya están buscando pamelas para ir apropiadamente vestidas en la toma de posesión y la tesorera está pidiendo presupuestos en varios concesionarios para comprarnos un coche oficial. En fin, creo que voy a presentar una moción de censura contra mí mismo antes de que nos volvamos todos locos.
VER ESTATUTOS

Sólo falta que me paséis las fotos y las recetas para que las pegue en el blog y las podamos ver todos.

09-10-2011 Bogavante Campero

La verdad es que no sé por dónde empezar, ¡hay tanto que contar! Creo que lo mejor será hacer como decía Jack el Destripador, "vayamos por partes".
Como Elías trabaja los sábados, este bogavante lo hicimos en domingo. Así que el 9 de Octubre nos presentamos en el camping para el "BOGAVANTE CAMPERO" que nos habían preparado Elías y Mari y Gerardo y Emi.
Aunque el sábado el tiempo no estaba muy allá, el domingo amaneció radiante y buscábamos la sombra. A primera hora soplaban algunas rachas de aire frío, pero luego se echó el aire y nos dejó comer tranquilos.
Lo primero que nos llamó la atención según íbamos llegando fue el pedazo de remolque y de coche en el que habían transportado todas las viandas. En cambio, cuando aparcamos se nos fueron los ojos al golpe que tenía María en la ceja. La pobre se cayó y se dio con una esquina de la plancha en la frente. Así que el día empezó mal para los cocineros, con la niña en urgencias.
Nuestra primera e importante tarea consistió en localizar la perola del arroz que no aparecía por ninguna parte. Estábamos ya pensando quién iba a bajar al Trabuco a por ella cuando Elías la localizó con gran alivio para todos. A partir de ahí todo fue coser y cantar, o al menos eso me pareció a mí como comensal.
La segunda tarea de calado consistió en establecer un perímetro de seguridad contra las cabras. Para ello le dijimos a los niños que se sintieran libres de apedrear a la que se acercara demasiado y "e-vualá" ¡problema resuelto!
Había un bidón azul lleno de agua y bloques de hielo en el que estuvimos jugando a "pescar la litrona" con gran aceptación del público. Yo creo que para muchos el cielo tiene que ser algo así (el paraíso de los cerveceros)
Además, "nuestro árbol" estaba decorado con banderitas y la pared con unos bogavantes que nos daban la bienvenida y unos sombreros que nos fuimos colocando a medida que fuimos llegando. Y nos vinieron bien porque, desde que se echó el aire al medio día, el sol calentaba.
Rápidamente los anfitriones comenzaron a sacar "tapas" para amenizar la espera mientras se preparaba el arroz. Bueno no eran exactamente tapas, eran fuentes, bandejas y fiambreras de porra fría, ensaladilla rusa, tortilla de patatas, queso, jamón... Con el jamón tuvimos nuestros más y nuestros menos porque al principio no había nadie que supiera cortarlo finito y el cuchillo tampoco ayudaba mucho. Pero con el compañerismo que nos caracteriza nos los fuimos comiendo sin protestar hasta que fueron llegando los cortadores habituales.
Haciendo gala de buena educación, comenzamos a comer sin esperar a los rezagados para que no se sintieran culpables por llegar tarde. ¡La educación ante todo!
Por comodidad y para reducir el riesgo de incendio colocamos el arroz encima del remolque. Viéndolo se me ocurrió que no estaría mal montar una arrocería ambulante y viajar de feria en feria. Voy a ver si Juan me puede echar unos numerillos y ponemos en marcha la cosa. Si alguna está pensando en mandarme a su marido para que me lo lleve de tourné un par de meses que lo olvide, que es una broma.
Además de los habituales, vino José Manuel, el hermano de Elías, con su novia. Y también de Alfarnate llegaron Trigo y su respectiva. Los hermanos de Mari no vinieron todos, aunque yo creo que en el llano seguramente habrían cabido ;·) Sólo Carlos y Sonia con David. Y por parte de Emi vinieron su hermana Almudena y su cuñado Miguel con gran despliegue de vehículos (aparte del coche en el que subieron ellos nos prestaron su remolque y el patrol para tirar de él, que vinieron de perlas porque había muchísimas cosas que transportar).
Volviendo al menú, el arroz estuvo de muerte. Mejor que los que hemos encargado en los bares estos últimos años. Y disfrutamos de comer en el campo que hacía mucho tiempo que no lo repetíamos. Yo creo que desde que Gerardo se tiraba con la paellera por las turrunteras de los caños apenas hemos salido al campo para los San-Marqueos y no hemos hecho arroz. No es de extrañar, si la paellera hubiera sido mía yo también habría dicho que "mejor preparamos barbacoa". Para el cordero creo que engañaron a la madre de Elías para prepararlo y yo opino que la vamos a tener que hacer "bogavante honorífica" porque los platos se vaciaron a una velocidad de vértigo. Además, con el rollo igual la mujer se anima y nos guisa otra perola. La última cosa típica que no podía faltar en un día campero fueron las tajadas de melón y sandía. Sin duda, están mucho mejor en el campo que en casa.
Y después de comer disfrutamos de un surtido de postres que demostró que si te esfuerzas siempre de cabe un poquito más. Además, como siempre, todos queríamos probarlo todo (arroz con leche, flan, tarta de galletas) y hubo que reducir las raciones para evitar llegar a las manos por las últimas porciones de tarta.
Mientras intentaba echar la comida para abajo, acompañé a Ana a dar paseo con los niños y a la vuelta los estuve pastoreando por esas peñas. Como no llevaba honda ni perro, la cosa resultó complicada y tardamos un rato. Cuando volví me enteré que se había celebrado el sorteo y la próxima comida la organizan Javi y Ana con Diego y Karina. Me extrañó que se hubiera metido en el bombo a Diego y Karina que no estaban. Pero, cuando lo pensé un poco, me alegré porque seguro que comemos bien y, lo más importante, porque no me había tocado a mí (bueno, a Eva, a mí de todos modos no me iba a tocar).
Lo cierto es que pesa la responsabilidad cuando te toca, porque llevamos dos años preparando una comida buena y otra mejor y cada encuentro nos está sorprendiendo positivamente. Así que, aunque sabemos que lo importante es reunirnos y echar el rato, todo el mundo se esfuerza al máximo en lucirse y agradar a los demás y los resultados están siendo espectaculares. No sé, quizá tendríamos que poner un tope a la calidad de las comidas para dejar un margen de mejora. Si no, ¿qué vamos a preparar en la próxima ronda? ¿Y en la siguiente?
Por cierto, que Mari pidió una excedencia de tres años por cuidado de bebés, pero no sé si va a colar. Si por lo menos el arroz les hubiera salido soso y pegado, pues todavía lo podríamos considerar, pero guisando tan bien... Por si fuera poco, sospecho que el año que viene podemos tener una epidemia de bajas maternales, porque ya sabéis como son estas cosas, que parece que se contagian y nos podemos ver sin cocineras y, lo que es peor, con otra tanda de churumbeles para criar. No sé lo que pensaréis los demás pero personalmente yo no lo veo claro.

Lo bueno del campo es que los niños pudieron zascandilear a gusto. Pudimos comprobar que para el juego del pañuelo todavia son demasiado pequeños, pero para tirar de la cuerda no tienen precio. Auténticos campeones.

La cosa es que se estaba muy a gusto, como era domingo, no pudimos alargar mucho la cosa. De todos modos, permanecer a la intemperie al caer la noche hubiera sido un suicidio, con las pelúas que caen en la sierra. Encima yo, como tenia que conducir para Málaga me tuve que cortar con el vino y las copas. Así que confío en que la próxima comida la hagamos en sábado y, a ser posible, en el Trabuco y podamos quedarnos a cenar.

Como siempre, yo cuento mi particular versión de los hechos y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Como dirían en el Diario de Patricia:
¿Te encontraste una piedra en el arroz y te partiste un diente? ¿Viniste con fiebre y se te curó con la cervecita? ¿Te atacó una serpiente cuando intentabas mear, aprovechándose de que tu marido no podía defenderte porque estaba de ciclismo? ¿Eres de los que se habrían comido otro plato de arroz con leche o de los que van a muerte con la tarta de galletas?

Si quieres que conozcamos "tu verdad", aprovecha y cuenta lo que quieras en los comentarios.

FOTOS Bogavante Campero 09-10-2011

FIESTA 2011. Con faldas y a lo loco

En la Fiesta ya se sabe que la prioridad no es comer, sino divertirse. Este año pedí un el viernes libre para poder venirnos el jueves a la procesión. Aunque lo que de verdad les gustó mis niñas fue la carrera de tractores del viernes por la mañana. Y sobre todo, las mochilitas que les dieron de regalo. La noche del viernes estuvimos cenando en los pollos unos pocos, pero repartidos, dos por aquí con sus suegros, dos por allá con sus hermanos... Eso sí, nos fuimos juntando para "el cubatita de los pollos" mientras hacíamos hora para empezar a bailar.
Y el sábado nos reunimos para almorzar, preparando cada uno un plato. Considerando que el viernes estuvimos bailando hasta que terminó la orquesta, es milagroso que el sábado nos presentáramos en el Prado a la hora de comer con una porra fría. "Por suerte" Francis y Josema no tenían canguro la noche anterior y se recogieron a una hora razonable. Les tocó acarrear el tablero y pillar sitio. En una esquina, a la sombra, cerca del escenario y de la barra y hasta con un banco. Vamos, un chollo.
Poco a poco fuimos "amaneciendo", menos alguno que se tuvo que quedar en la UCI de su casa con el suero puesto.
Cada nuevo asistente era recibido con una exclamación de alegría: ¡Hombre, croquetas! o ¡Vaya tortilla!, etc. En general estaban representados todos los platos habituales en estos eventos: Empanada, tortilla, croquetas, porra fría, chorizo, macarrones para los niños... Aunque algunos se comieron más la cabeza para "innovar" con unos pimientos confitados con pastel de carne (Pepe y Esther) o con un pulpo a la gallega (Javi y Ana) por ejemplo.
Para redondear el menú compramos un jamón y un queso, junto con el resto de pertrechos básicos (pan, platos, servilletas, cubiertos, cerveza...).
Vamos, que nos pusimos las botas como siempre. Aunque este año sobró menos comida que el pasado. Mientras tanto, los niños se dedicaron a capturar mariposas y así, por lo menos, no se metieron en la fuente y nos dejaron cierta paz. De vez en cuando venía alguno llorando o, como mi Ana, preguntando cuándo empezaba la fiesta del agua. Menos mal que de momento no saben leer la hora. Pero cada día es más difícil entretenerlos diciéndoles que "en cuanto den las cinco, todos a la fuente". El año que viene lo vamos a tener casi imposible, pero de momento, este sábado pudimos almorzar tranquilos y charlando hasta la hora del Especial Trabuco. Algunos no se fueron a disfrazarse y se ofrecieron amablemente a quedarse "guardando las cosas" y echando unos cubatillas. Mientras, los demás nos pusimos los disfraces de egipcios y relizamos el recorrido por el pueblo detrás de la charanga. Como otros años, los más pequeños iban en sus carritos, que además nos servían para llevar el hielo y resto de adminículos útiles para combatir el calor. En mitad del recorrido nos pararon en un control de alcoholemia, pero por suerte no eran guardias civiles de verdad, sino unos tipos que iban disfrazados como nosotros. ¡Qué susto! Si me quitan el carnet del carrito a ver cómo llevo yo la niña al colegio. Lo cierto es que con la calor que hacía y la que había liada, la guardia civil pasó un poco la mano con los que llevábamos carritos de bebé, máquinas de humo y todos esos vehículos extraños que se suelen ver en el Especial Trabuco (barcos vikingos, arcas de Noé, carros de supermercado de lunares...) ¿qué os voy a contar que no sepáis? Según decían algunos, por momentos el carro incluso venía bien para agarrarse y no caer de boca. ¡ Qué exagerados!
Este año por fin vino de verdad Andalucía Directo y mi señora Nefertiti no perdió la oportunidad de promocionar nuestro pueblo: "El carnaval del Trabuco es ESPECTACULAR". Yo estuve torpe y sólo acerté a decir: "500 años en el Museo del Cairo" en lugar de: "No dejen de visitar http://elbogavantefeliz.blogspot.com/". ¿A quién se le ocurre? Claro que yo no sabía que iba a hablar, si no habría ensayado algo, aunque sinceramente no estaba para muchas florituras lingüísticas y creo que habría sido incapaz de pronunciar algo más complicado, como el típico test de alcoholemia casero homologado por la asociación de amas de casa. Cariño di: "Lorena la de la heladería". Bueno, a mí es que no me sale ni sereno. Me pongo nervioso.
Lo importante es que nos lucimos y valió la pena el esfuerzo de ir a comprar los disfraces. Tuvimos que andar de mi casa a la Cruz de Humilladero. De allí a Carrasquilla en C/ Peso de la Harina (bocacalle de Mármoles) y después a juguetes Mabel, junto al Vialia. Total 5,7 Km. a pie. Luego 2,7 en autobús hasta mi casa y por último 20 Km. ida y vuelta hasta el "Palacio de los Caramelos" en el Polígono San Luis. Pienso que casi habría sido más fácil comprar la tela y coser los trajes, como hizo la Rubia. Aunque claro, su experiencia y habilidad no son comparables a las mías. Y no todos tenemos una máquina de coser profesional en casa, así que tocó caminar.
Pese a todos nuestros esfuerzos, Irene decía que a ella le había gustado más el disfraz de mantilla que llevaban las niñas en la procesión. Que a ver si el año que viene nos podemos disfrazar de eso.

Lo bueno de haber apretado durante el día, es que el sábado por la noche estábamos todos muy cansados y no trasnochamos demasiado (algunos ni salieron). Así que el domingo nos juntamos relativamente pronto. "Naturalmente" les tocó a los mismos pillar sitio y acarrear el tablero. Y tuvieron la feliz idea de alquilar unas sillas de la barra para que estuviéramos razonablemente cómodos. También una mesa auxiliar, de ampliación y que también nos sirvió para dejar las cosas a última hora cuando se inició la retirada y devolvimos el tablón a la cochera de mis padres.
El año que viene he pensado decirle a mi madre que, ya que nos presta el tablero, lo mínimo que podría hacer es levantarse temprano e ir con mi padre a colocarlo para pillarnos el sitio. ¡Qué menos!
Como iba diciendo, el domingo "madrugamos" y para la 1:30 que teníamos encargada la paella, ya estábamos casi todos al pie del cañón, dándolo todo en la dura tarea de trasegar cerveza y jalarnos el jamón que Francis y Juani fueron cortando por turnos, casi sin parar. Gracias a eso, Elías y Gerando apenas tuvieron que cargar con un par de litronas y el hueso del jamón para la próxima comida.
Aprovechando la concentración de "paellistas" nos vendieron la revista "Desde el Alto Guadalhorce", papeletas para un juego de sábanas y cartones de bingo del equipo de fútbol. El bingo gana en emoción cuando tienes que señalar usando un pincho cortado de un tenedor de plástico. A pesar de la dificultad, Javi consiguió el premio. El mejor amigo del hombre: un jamón. ¡Qué suerte!, con la compañía que hace un jamón en una casa. Yo que siempre había pensado que estos sorteos estaban amañados y resulta que no. ¿O sí? ¡JAVIIIII!
En fin, no pude alargar mucho la cosa porque teníamos que volver para Málaga, pero no estuvo mal la tarde.
Tanto es así que ¡ EL AÑO QUE VIENE, REPETIMOS ! Y esta vez no se me olvidará ponerle a mi Irene su "disfraz de mantilla".

PD. Dada la falta de sueño y el consumo moderado de alcohol y mi propia mala cabeza es posible que hayáis encontrado ciertos gazapos u omisiones en la narración de los hechos. Por ello, agradezco a cualquiera que quiera aportar su propia visión de los hechos, seguramente más próxima a la realidad, y compartirla con el resto.

FOTOS Fiesta 2011

09-09-11 TAPAS & FRIENDS 2.0 - EVOLUCIÓN

Este viernes estuvimos en la segunda edición del Tapas & Friends. El nombre del evento lo dice todo:
- Lo primero, que nos juntamos unos amigos (friends) a comer unas tapas.
- Lo segundo, que a los organizadores les gusta la lengua de Shakespeare.
- El 2.0 indica que era la segunda edición de estas tapas, lo que significa que la primera gustó y por eso hemos querido repetir.
- Y por último, la palabra "evolución" nos indica que en casa de Pepe y Esther se ven muchos dibujos animados de Pokemon. ;·)
El caso es que nos reunimos para un evento nocturno y veraniego y, aunque no las teníamos todas con nosotros, el tiempo acompañó. La noche fue muy buena, quizás más que si lo hubiéramos celebrado en Agosto como teníamos previsto inicialmente. Estaba un poco nublado, pero por los claros se veían las estrellas, a pesar de la luna casi llena. Es la ventaja de estar fuera del pueblo, que no hay contaminación lumínica, ni acústica ni de ningún tipo, más que etílica.
Lo primero que vimos cuando llegamos fue una pista de aterrizaje que terminaba en un cortijo a oscuras. Sin duda, para no despistar a las avionetas. Lo único que estaba tenuemente iluminado era un caballete con la carta.
A medida que nos acercábamos más oímos las voces de Ismael y Charo y Pepe y Esther y se nos quitó el miedo de que fuera una trampa para darnos una paliza.
Poco a poco nos fuimos juntando y dando cuenta en la calle de la sangría de cerveza y de las tapas de zanahorias especiadas y tapenade (paté de aceitunas con anchoas, alcaparras, queso y no sé qué más).
No se podía pasar dentro porque la decoración era una sorpresa. Los únicos que la vieron fueron los niños con la excusa de entrar a hacer pipí. Y mi Ana salió haciéndose la interesante y poniendo cara de tener un gran secreto.
Del Rosario llegaron Luis y Ana y Julio y Chipi.
Juanjo llegó solo porque María Eugenia estaba "cayéndose" en Barcelona.
Pero el que causó mayor revuelo fue el hermano de Javi. No, Jaime no, el otro. El que era igual que Javi pero sin melena ni barba y 10 años más joven. Podrían detener a Ana por corrupción de menores por haber hecho este "Plan Renove" y cambiar a su marido por un pipiolo.
Con nuestra habitual puntualidad, algo antes de las 11 empezamos a comer, pendientes de que llegase algún retrasado y con un par de cancelaciones de última hora. Hay que agradecer estas ausencias porque así pudimos repetir alguna tapita (Je, je, je). Lo cierto es que se hizo dura la espera en la puerta a la vista de los manjares que había en la carta. Menos mal que teníamos la venencia de sangría de cerveza y las tapitas para entretenernos. No sé si porque estaban muy buenas o por hambre, pero no dejamos ni las migas.
El caso es que por fin entramos y nos quedamos flipados con la decoración 2.0: Además de la barra del año pasado, colocaron unos manteles con grafitis en el techo. Según me explicó Ismael, colocarlos fue tan complicado como parecía a primera vista. Pero con lo que de verdad flipamos fue con el rosario de tapas que siguieron.

Aunque se puede leer la carta, algunas de las tapas necesitan una aclaración, sobre todo hasta que se publiquen las recetas.
Por ejemplo, en la 3 "Corazones de alcachofas de Tudela confitadas en zumo de naranja sobre base arábiga" la "base arábiga" era un taboulé (ensalada de cous-cous).
La número 4 "Emblema mar y tierra: evolución 2.0" era una cucharita con mermelada congelada y batida, una anchoa 00 (grande) y un picatoste chiquitín.
Y la número 9 "Nuestra interpretación de la hamburguesa" era una hamburguesa con cebolla caramelizada y mostaza con miel. Pero lo realmente fabuloso era la carne de ternera, picada y macerada en salsa de soja y especias durante 24 horas. La probé sola y estaba de muerte. Fue mi tapa favorita, que ya es difícil de decir con la competencia que había. Aunque con esto pasa como con los libros, las películas y las parejas. No siempre lo que otro te recomienda coincide con tu gusto. ¿Quién no se ha "acordado" del que le recomendó una película o, peor aún, ha organizado o sufrido una cita desastrosa. Así que cada uno tendrá su propia opinión.
Por ejemplo, Eva me chiva que la que más le gustó a ella fue el "timbal de mozzarela y aguacate con pesto de tomates secos y cumbre "00".
La noche estuvo tranquila porque nos juntamos menos gente que el año pasado y, sobre todo, porque había pocos niños. Sólo vinieron Darío y Nacho, Juan José y Gonzalo y Ana e Irene. Así que los mayores estuvimos charlando y contándonos las vacaciones entre tapa y tapa.
Lo que sí tuvimos durante la velada fue un cierto tránsito de comensales, primero con Gerardo que tuvo que ir con el taxi a Antequera. Luego con mis niñas que se pusieron penosas y me preguntaron si podía llevarlas a casa de la abuela. "Claro que sí" - les contesté. "A enemigo que huye puente de plata". Por suerte no lo entendieron muy bien y les hizo gracia eso del puente de plata. Espero que la abuela nos les explicara lo que significa.
Al poco rato tomaron el relevo los niños de la Rubia que llegaron de la mano de sus padrinos Pili y Estaban. Ya que estaban, aprovechamos para endosarles un par de costillitas y para promocionar nuestro blog.
Y para rematar, el postre ideal para los que queremos estar en forma tomando mucha fibra: Mojito de melón. Precedido, eso sí, por una crema de chocolate blanco y sirope de fresa, que no todo va a ser "fruta".
En general fue una comida muy veraniega con muchas frutas y verduras y una mayoría de platos fríos.
Terminamos de comer bastante tarde ya que, como he dicho, empezamos a las 11 y además cada una de las 12 tapas había que terminar de prepararla, emplatarla, servirla, comerla y recogerla antes de la siguiente. Eso nos daba tiempo a elogiarla y a echarla para abajo mientras llegaba la próxima.
Como era viernes, teníamos todos bastante sueño, así que la sobremesa no se prolongó mucho y cayeron pocos cubatas. Nos dimos por bebidos con la sangría de cerveza, el vino, la cerveza normal y el mojito de melón.
De los vinos decir que eran dos y que me gustaron. Entrando en detalles, uno blanco y otro tinto. Y ya para los muy friquis, puedo añadir que el blanco era un verdejo, seco, de las mismas bodegas que el Libalis que tomamos el año pasado (Castillo de Maetierra). Según ponía en la etiqueta están apostando por desarrollar vinos blancos de calidad en La Rioja. Al ser un blanco seco no entraba tan bien como el afrutado del año pasado (Pepe decía medio en broma que "es un vino de hombres"). No sé, a mí las tres o cuatro copas que tomé me gustaron todas, se ve que como soy hombre estoy genéticamente dotado para ello.
El tinto era un Ribera del Duero: "Fescenino". Me guardé un corcho para acordarme del nombre y a mis niñas les encantó porque es blanco, de plástico. Además, me ha servido para leer que la variedad de uva es Mencía.
Este era muy suave y sí que entraba como el agua, pero gracias a que los vasitos eran pequeños no terminamos muy perjudicados.

En fin, una velada agradable y una comida deliciosa y diferente del huevo pasado por agua que uno suele cenar habitualmente. ;·)
Aquí no se puede aplicar eso de que "segundas partes nunca fueron buenas". Y ya estoy deseando que llegue la tercera. "TAPAS & FRIENDS 3.0 - ATRACÓN". Pero antes de eso nos queda mucho año por delante y muchas reuniones de las que disfrutar. La próxima el 8 de Octubre en los caños.

Por último, recordad que sorteamos un viaje a Canarias para dos personas entre todos aquellos que comenten cuál fue su tapa favorita y por qué, o cualquier otra chorrada. (Aprovecho para dar las gracias a nuestro patrocinador "Hidropedales Paco" por los grandes descuentos que nos hace durante los meses de Diciembre, Enero y Febrero).

FOTOS Tapas & Friends 2.0

07-05-2011 TASCA "El Bogavante Feliz"


El sábado 7 de Mayo nos presentamos en casa de Francis con unos amigos de Málaga: Eric el Belga, al que no hay que confundir con el famoso ladrón de arte, y Bea, que también es mitad guiri y la otra mitad gallega.
Sabíamos que había pescado porque fuentes de toda solvencia nos habían informado de que Tote había sido visto recientemente saliendo del mercado con una de esas grandes cajas de corcho blanco que se usan para transportarlo, pero el menú se conservaba en secreto. Recurrí al Google para investigar lo que llevaban pero sólo averigüé que el corcho blanco se llama "poliestireno expandido". ¿Y qué me importa a mí eso?
El caso es que entramos y mi vecino Eric me dijo:
- "No sabía que tu amigo Francis tenía un bar".
- "Ni yo tampoco" - le contesté sorprendido.
Estaba la cochera que parecía un auténtico bar, con su barra en el patio, con sus vitrinas de tapas, las planchas, la freidora, las mesas y sillas, los farolillos... ¡y hasta la licencia de apertura que parecía auténtica en todo salvo por la foto con el árbol de Navidad!
Después de la primera impresión seguimos descubriendo detalles como los delantales con el bogavante dibujados por la Rubia o las cartas con los precios de todo el menú expresados en la moneda local: "el bogavante". Menos mal que al cambio con el euro sale barata la cosa porque la comida fue un no parar de tapitas y raciones que, como te descuidaras, se acababan y te quedabas sin probar alguna de ellas. Y es que había mucha gente. Debe de ser una de las citas más numerosas que hemos tenido. Y no es de extrañar, con la buena publicidad que le dieron. Le pregunté a Tote qué iban a preparar, para anunciarlo en el blog, y me dijo:
- "Es una sorpresa. Sólo te puedo decir que va a ser el mejor bogavante de la historia."
Aunque sea imposible afirmar eso porque para gustos están los colores, a mí, personalmente, me encantó.
Es que eso detomar una tapa en una barra, debajo de unos farolillos me vuelve loco. Me transporta a la feria de Sevilla, a la del Rosario, a la de Antequera, a la de Archidona, a la de Alfarnate, a la de Alameda, a la de Tapias... y otras tantas que no voy a enumerar porque no cobro por palabras. Si esto fuera el "1, 2, 3" y la pregunta fuese "ferias que hemos visitado los de la pandilla" creo que Televisión Española se iba a la quiebra.
Lo que no tengo más remedio que enumerar es la lista de tapas y raciones, que es casi más larga que la de ferias de la provincia de Málaga.
Menos mal que las nuevas tecnologías permiten hacer "copy-pega" de documentos y que veáis LA CARTA porque si tuviéramos que encomendarnos a mi memoria estábamos apañados. A medida que iban saliendo cosas no podía evitar pensar cuánto tiempo habrían tardado en pensar y preparar todo esto.
Así que los distintos grupitos nos fuimos acoplando en algún rincón y nos dedicamos a chascar sin descanso durante horas, que ya se sabe que hay que ejercitar los músculos de las mandíbulas para tenerlos sanos y fuertes.
Otra de las cosas que estuvo muy bien organizada fue el entretenimiento de los niños, usando las pistas de deporte como "pajarera". ¡ Eso sí que es pensar a lo grande! Así los pequeños podían correr y jugar sin peligro de coches.
Tenemos que agradecer especialmente a los valientes que se prestaron a entretenerlos, como Juan que fue delicadamente pintarrajeado maquillado por todas las niñas. Y Josema que se animó a jugar al fútbol con una horda de pequeños jugadores vociferantes.
Milagrosamente, ambos han sobrevivido y están todavía entre nosotros para contarlo.
También aprovechamos este día para celebrar los cumpleaños de Isa y Elías. Me gustaron mucho los patines que le regaló Tote a Isa, anuque quizás tendrían que haber venido acompañados de algún tipo de arnés o tacatá o, como mínimo, un casco, unas muletas y un seguro de vida. Lo importante es que a ella le gustaron también y que pusieron una nota de peligro y emoción que nos espabiló a todos justo cuando estábamos con la modorra de la sobremesa, la charla, las pipas y los cubatas.
Entre lo tarde que empezamos a comer (gracias a nuestra habitual "relajada" puntualidad) y el popurrí de postres y luego las tartas de cumpleaños, la velada se alargó hasta bien entrada la tarde.
Nosotros lo estábamos pasando muy bien y, cuando se fueron mis vecinos, intentamos llevar a las niñas a casa con la abuela y reengancharnos para los montaditos de la cena.
Pero, con los niños de la Rubia malos, no era plan de estarnos allí hasta por la mañana aunque era lo que nos pedía el cuerpo. Así que nos pusimos manos a la obra a recoger. Sinceramente, me dio una pena enorme desmontarlo todo y hasta le tiré un tirito a Francis, sugiriéndole que se pensara seriamente lo de abrir una tasca en su cochera, pero no coló y se desarmó todo. ¡Tanto trabajo para nada! Bueno, para nada no, porque nos juntamos un montón de gente, comimos de muerte y lo pasamos todos estupendamente.
Si Camarón de la Isla hubiera pasado por aquí, seguramente la letra de Esclavo de tus besos no diría: "camino del pozo blanco habia una tabernita con vino blanco" sino "camino del pilón había una tasquita con vino blanco". Os dejo el enlace, por si queréis escucharla.

En fin, MI ENHORABUENA A LA RUBIA, A FRANCIS, A ISA Y A TOTE.
¡Y estoy deseando que llegue la próxima cita!
Como siempre, por favor, pasadle las fotos a Josema y las recetas a mí, para que las podamos ver todos, porque al final el blog es como el Hola: Lo más importante es mirar las fotos y cortar las recetas.

FOTOS TASCA El Bogavante Feliz

Bella Italia

El jueves pasado recibí un correo que decía "el sábado, bogavante". Así que en cuanto llegué, lo primero que hice fue preguntar donde estaba mi bogavante. Pero resulta que no, que lo que íbamos a comer era salsa "bagna cauda".
- "¿Bagna qué?" - pregunté de nuevo.
- "Es una salsa de nata con ajos y anchoas típica del Piamonte, en el Norte de Italia" - me aclararon.
Así que empezamos con unas tapitas de queso curado, mortadela italiana, aceitunitas italianas y un carpaccio con rúcula y escamas de queso que algunos dijeron que no le gustaba mucho pero luego nos lo zampamos todos a dos carrillos.
Todo muy rico y regado con un Moscato que causó sensación. Compraron tres botellas, que nos supieron a poco, y la última por poco si se va de vuelta a los corrales porque se partió el sacacorchos y se quedó el hierro dentro. Pero nuestra perseverancia dio sus frutos y conseguimos abrirla, aunque nos llevó más de media hora hacerlo. Y es que el premio merecía el esfuerzo.
Después de las tapas, Karina y Gema comenzaron a traer los platos con verduras crudas y cocidas. Había zanahorias, lechuga, col, apio, coles de bruselas, coliflor... y también tortellini y carne de pollo cocida, que aunque no se pueden catalogar estrictamente como verduras, están más o menos emparentados.
Al ver todo esto, les dije que la guarnición tenía muy buena cara, pero resulta que volví a equivocarme y "eso" era la comida. Se ve que Diego, después de que hayamos sugerido varias veces hacerle cocinero vitalicio ha decidido defenderse y quitarnos las ganas con el primer bogavante vegetariano de la historia (el pollo no deja de ser un tipo de verdura) .
Lo primero que pensé es que tenemos que poner reglas, para evitar estas cosas. Por lo menos tendrían que haber avisado para que uno pudiera organizarse y quedarse en su casa, o tomarse unas tapillas de chivo en el Cortijuelo antes de subir o, como mínimo, hubiera venido con el cuerpo hecho. Supongo que con buen criterio, decidieron no avisar para evitar que nos peleáramos por conseguir comer el máximo de queso, de carpaccio y de aceitunas.
El caso es que después lo he vuelto a pensar y lo mismo tenemos que ir planteándonos "aligerar" los menús. Que si uno tiene alto el colesterol, que si otro está con la operación bikini... Lo mismo este es el camino y hasta ahora estábamos equivocados. Personalmente, en otras ocasiones he sufrido "sobredosis" de comida y de vino que a la larga no son sostenibles. Si no, de aquí a cuatro o cinco años van a quedar sólo tres en paraje de juntarse para comer.
Así que encendimos varias fondues y las llenaron con salsa calentita e íbamos pinchando las verduras y calentándolas en la salsa antes de comérnoslas. En seguida comprobamos que hay gente que ha nacido para "piamontés" y otros que no. Algunos doblaban pulcramente la hoja de lechuga y se la comían sin dificultad, alternado con dos palillos y comiéndose uno mientras el otro se calentaba. Mientras tanto, otros nos peleábamos para conseguir meternos en la boca las verduras más grandes, sacábamos el palillo vacío de la salsa y teníamos que dragar la fundue... En fin, que tuvimos suerte de que no nos tocara la mili en el Piamonte.
Y así fuimos almorzando tranquilamene, acompañados por un lambrusco y después por un Rioja LAN, reserva 2005 que daban ganas de hacerle la ola cada vez que tomabas un sorbo.
Sin duda este tipo de comida es para tomarla sin hambre. Es imprescindible ponerse delante un buen tapeo, como hicimos, porque si no las personas impacientes como Tote o yo pueden ponerse muy nerviosas ya que hay que preparar y calentar cada bocado con lo que la comida se alarga y se presta más a la charla tranquila que a tragar como alimañas. Sinceramente, pienso que Gerardo lo habría pasado mal. Demasiada parsimonia.

Después de comer seguimos con una tarta de limón que quitaba el sentido y un tiramisú que se deshacía en la boca. No se notó que era la primera vez que lo preparaban. Para acompañar, sacaron unas botellitas de limoncello que no dejaron a nadie indiferente. Algunos, como mi Evita, casi lo escupieron diciendo que sabía a Nenuco, mientras otros están pensando cambiarle el nombre a su casa por "Villa-Chelo".
Lo cierto es que la sobremesa se alargó bastante y continuamos con nuestros cubatas y las pipas (no podían faltar los frutos secos que son tan buenos para el colesterol) y arreglando el mundo como hacía tiempo que no lo hacíamos. Por suerte estuvimos más tranquilos de lo habitual y la charla se puede considerar amistosa y no la típica de borrachos, cabreados y encabezonados que solemos presenciar (y desgraciadamente protagonizar) habitualmente. Al final, no sé si por efecto del limoncello, me pareció entender que la culpa de la crisis la tienen ¡los dentistas! que declaran por módulos y pagan muy pocos impuestos. Y todos los médicos privados en general. Y los abogados, arquitectos y demás profesiones liberales que no estaban delante para defenderse. Menos mal que yo vine, porque si no seguro que la culpa acaba siendo de los calvos y en la siguiente comida me habrían dado una paliza entre todos. Y yo me pregunto ¿alguno tiene el teléfono de Zapatero para informarle? Esto lo tienen que saber en Moncloa urgentemente.
Mientras tanto, las niñas se atrincheraron en el salón, jugando al Rumy. El juego engancha tanto que la semana siguiente fuimos a comprarnos uno y ahora están enganchados la mitad de mis vecinos. Nos vamos a tener que plantear en serio lo de cobrar por promocionar productos.
En esta ocasión nos juntamos menos gente que en comidas anteriores pero yo me lo pasé especialmente bien, quizá porque el día acompañó, con un sol que apetecía, con los niños que se portaron muy bien, como siempre. Con Miguel vestido de comunión destacando en medio de los demás niños, más pequeños y vestidos "de paisano".
¡Estos sí que están madurando rápidamente! No vino ni uno sangrando en todo el día.

De momento Josema no me ha pasado el enlace a las fotos porque ha estado ocupado con las comuniones y teniendo un niño y esas cosas. ¡ENHORABUENA PRIMO!
Cuando las tenga, las pondré aquí, como siempre. De momento, lo que voy a colgar son las recetas de los postres, en la otra página, mientras Diego y Karina me pasan las de la salsa.

Y seguimos organizando para el verano:
JUNIO Comida de campo, con Mari y Emi (Gerardo y Elías son de cascarilla)
JULIO Mariscada "inter-peñas" con los amigos de "Pan seco" de Archidona.
AGOSTO Tapas&Friends II, si te gustó la primera, esta edición promete ser más espectacular aún.

Nochevieja 2010

Este año la fiesta de Nochevieja empezó complicada.
Primero buscando el lugar:
Pensamos en buscar un cortijo pero, cuando nos decidimos, los que habíamos visto y seleccionado ya estaban ocupados. Después preguntamos a ver si alguien ofrecía su casa, sin éxito. Barajamos irnos a la nave de Gema pero pensábamos que haría mucho frío. Y finalmente decidimos alquilar el Molino Jabonero. Obviamente nos salía más caro que hacerlo en casa de alguno de nosotros, pero seguía siendo mucho más barato que buscar una cena por ahí, más la posterior fiesta. Además, así podíamos llevar a los niños y, por último, el local estaba mucho mejor dotado que nuestras casas para organizar una comida tan numerosa y "de etiqueta": Teníamos espacio, mesas, vajilla, cubiertos, una cocina grande y preparada, equipo de música, climatización, chimenea... Vamos, un lujo.
Pero si buscar el lugar parecía difícil, luego venía ¡EL MENÚ!
Rumbosamente, Juani dijo que este año guisábamos los tíos. Yo me eché las manos a la cabeza. Con lo fácil que es decir que cada "pareja" se traiga algo de su casa. Entre dos personas que se quieren, ¿qué más da quién cocine la cena? Y en caso peor, se puede comprar algo preparado, unos pasteles, un queso... Incluso engañar a la suegra para que prepare ese plato que "tan bien le sale" y que "a nuestros amigos les va a encantar".
Pero no, este año guisábamos los tíos. Y claro, una vez que se habían hecho la ilusión, cualquiera le decía a nuestras señoras lo contrario. Aunque, como ellas necesitan poner siempre algún pero, inventaron alguna cosilla para protestar con la boca pequeña:
- Que a ver qué menú íbamos a preparar...
- Que a ver cuánto nos iba a costar...
- Que seguro que ese día con la cosa de "la preparación" nos poníamos ciegos y a las 12:30 de la noche estábamos todos pidiendo la hora...
¡Qué lejos quedan esos tiempos en que la Rubia de Morales decía en la Feria de la Tapa del Rincón de la Victoria: "Imposible que estén todavía de cervezas. Mi Francis no es así. Eso es que les tiene que haber pasado algo"!
Por suerte para mí (o más bien por desgracia) esa ocasión me la perdí y me libré de la bronca, así que puedo recordarlo sin temor a tener que dormir esta noche en el sofá.

En fin, que la cosa pintaba complicada. Afortunadamente sobre mí no recaía mucha presión. A un tío que "prepara" una pizza del Mercadona y se le quema, le basta con no acercarse a la cocina (¿para qué arriesgarse?) y luego escribir en el blog que estaba todo muy rico y que las niñas iban muy guapas para cumplir sobradamente con las expectativas depositadas en él. Tímidamente sugerí encargar algo en el pilón sabores, pero no me hicieron mucho caso. Había que enfrentarse al desafío y superar este reto. Así que, como decía, este año la fiesta de Nochevieja se presentaba complicada.

Sin embargo, el día D todo transcurrió como una seda:
Durante la preparación el ambiente estuvo tranquilo. Cada uno colaboró en lo que pudo, nadie se emborrachó y se preparó un menú de lujo. Estuvimos currando, pero entretenidos con la charla, la música, las tapitas, el carpaccio de Pepe... Hasta yo encontré una actividad culinaria adecuada a mis capacidades. Meter uvas en vasos de 12 en 12. Como sería la cosa que me envalentoné y hasta corté queso. Bueno, para ser honestos tengo que admitir que con las uvas también estaba liado Josema y nos auyudaron Ismael y Juanjo, pero es que las muy ladinas se resistieron mucho, aunque no les sirvió de nada. También hubo que fregar cacharros, poner la mesa... Vamos que a la hora de la cena hasta el más perro estaba orgulloso de su colaboración.

Así que todos los temores y malos augurios resultaron infundados. ¿Será que nos estamos haciendo viejos? Eso en nuestros tiempos no pasaba. Antes íbamos por allí, no preparábamos nada y pillábamos una cogorza, para terminar intentando "alquilar" unos pollos asados. Pero como a esas alturas ya no quedaban, cada uno arramblaba con lo que podía de su casa y resultaba un menú extraño. La mitad llegábamos tarde y sin duchar... O quizás sea que con el transcurso del tiempo uno "idealiza" sus recuerdos..
No sé, en cualquier caso, el jefe de cocina de la "operación polvorón" fue el señor Diego Kogan que como siga así lo vamos a nombrear cocinero vitalicio y los demás a hacer el vago y a engordar con sus deliciosos platos.
Cuando llegaron las señoras todo estaba en perfecto estado de revista. La comida preparada. Una mesa bien colocada y adornada. Los niños en un rincón, al lado de los papás y lejos del fuego y de las mamás para que estuvieran tranquilas. Ellas al lado de la candela para que estuvieran calentitas... Lo cierto es que, como la mesa, ellas también venían bien adornadas y monísimas, aunque mataítas con los tacones. Y eso que íbamos a un cortijo y en familia. No quiero ni pensar cómo habrían sido los modelazos si hubiéramos ido a un hotel.
Luego, durante toda la noche nos fuimos levantando nosotros a traer y llevar platos para que ellas pudieran charlar tranquilamente y alardear cada una de lo bueno que es su marido. En fin, una cosa sin precedentes. Todos colaboramos y hasta vimos a Gerardo barriendo, que hasta ahora sólo habíamos visto algo similar cuando jugamos al juego de la escoba, pasándola con ritmo al siguiente sin dejar de bailar. Y es que el matrimonio nos revela a todos habilidades desconocidas hasta entonces incluso para nosotros mismos.

Para comer, Diego preparó una crema de lentejas con gambas y setas que a pesar de que el nombre echa para atrás y su aspecto era bastante repugnante resultó estar exquisita.
Además, preparó ensalada de gulas, unas gambitas al pil-pil, un bacalao al azafrán que quitaba el sentido y, para rematar, terminamos con media vaca cortada en filetitos para hacerla a la piedra. Creo que era lomo alto de novillo. ¿O bajo? Bueno, el lomo entero, seguramente. Por consideración a los vacófobos, también había un poquito de cerdo ibérico que no le desmerecía en nada y otro poquito de pollo "por si alguien no podía comer carne". Además preparó el pollo al chilindrón de medio día porque claro, los cocineros no se pueden alimentar del aire.

Aparte pusimos unas tapitas de paté con mermelada, cortamos unos platillos de jamón y queso y otros embutidos. Tote preparó un steak tartare que aunque muchas decían que no pensaban probarlo terminaron comiéndoselo a dos carrillos. Y las mujeres se dejaron caer con unos postres caseros que, milagrosamente, encontramos un hueco para poder colocarlos. Mi favorito fue el yogur griego que trajo Susana, quizá porque era tan suave que se colaba entre los intersticios de la comida que tenía en el estómago ajustándose perfectamente para acabar de rellenarlo por completo. Aunque cada uno tendrá su propia opinión y puede decir lo que quiera, que para eso están los comentarios.
Pero sobre todo, os pediría que me mandéis las recetas para subirlas al blog y compartirlas, igual que hacemos con las fotos. La pena es que yo no tengo termomix.

La cena transcurrió charlando y riendo hasta que vimos que se estaba acabando el vino. Empezamos a mover las botellas de un extremo a otro de la mesa (hombres versus mujeres, como siempre). Incluso escondimos una debajo de la mesa para evitar que pudiera caerse y romperse con tanto meneo. Al final Tote fue a su casa y trajo más vino. Era la segunda vez que iba a lo largo de la noche porque también bajó a por Isa y se cruzaron por el camino, con lo que eso jode.
Para la carne trajimos varias piedras, una de Francis de tamaño XXL que había que transportarla entre dos personas. Diego trajo dos piedras y una de ellas se partió al terminar la comida (R.I.P.). Así que digo yo que tendríamos que indemnizarle con lo que haya sobrado.

Con los postres hubo que darse prisa porque se nos echaba encima la hora de las campanadas. Hasta pensamos en tomar las uvas y luego seguir cenando. Pero finalmente nos dio tiempo a terminar y recoger un poco, aunque dejando los postres en la mesa para poder reengancharnos.
Con el tiempo que hace ya, me falla la memoria, pero recuerdo que había bizcocho, yogur griego y flan.

Después de las uvas y los besos empezamos el baile, muy animado y con un cotillón muy chulo con pelucas "de Bisbal" y felpas con antenitas de marcianos. Poco a poco, los que venían con niños fueron desapareciendo y lo mismo hice yo, así que me perdí los acontecimientos de última hora. Por lo menos no me enmborraché y del rato que estuve me acuerdo con bastante nitidez. Y es que en esta ocasión no me hinché de cubatas después de la cena sino que decidí (aunque no sea ni lo uno ni lo otro) seguir la máxima según la cual:
El borracho fino,
después de comer, bebe vino.

Aunque lo cierto es que algunas cosas se las he tenido que consultar a Eva, igual sí bebí más de lo que recuerdo. De todos modos ya sabéis que, aunque hubiera estado a base de agua, mi memoria no es precisamente fotográfica.

Y con esto podría haber terminado la cena de Nochevieja, pero resultó que comprando una paletilla te regalaban el salchichón y el lomo ¿y el queso? o algo así. Total que al día siguiente hubo que ir de nuevo a comerse "las sobras" (un cuarto de vaca, media paletilla, medio queso, un bacalao en salsa, varios postres, etc. etc. etc.)
Nosotros nos perdimos esta segunda entrega porque Ana se tiró toda la nocha vomitando y nos pasamos el día de año nuevo en urgencias. Espero que cuando sea mayor pueda leer esto y darse cuenta de todos los "sacrificios" que sus padres han hecho por ella. Así cuando piense en llevarnos a una residencia, confío en que...
nos buscará una buenecita.

Si alguno de los que estuvisteis se quiere enrollar nos puede contar a los que nos lo perdimos como fue la cosa el domingo para que nos muramos de envidia. O las cosas que ocurrieron el sábado de madrugada (lo que se pueda contar), lo que os gustó de la comida o de los vestidos de las chorbas... en fin, lo que queráis.

Bueno, pues yendo a lo importante, copio aquí el enlace a las fotos de la nochevieja de este fin de año 2010.
NOCHE VIEJA 2010
¡Ah! y FELIZ 2011 A TODOS

2010-11-27 Asturias Patria Querida

Recuerdo que hace unos años ir de crucero era algo que sólo veíamos en Vacaciones en el Mar. Lo más parecido que teníamos por aquí era que te tocara la mili en la Marina. Y cuentan que a un chaval del Trabuco le tocó en El Juan Sebastián Elcano. Cuando le dijeron que iban a estar seis meses en alta mar sin tocar tierra, sólo preguntó una cosa:
- ¿Seis meses sin mujeres? ¿Y cómo nos vamos a apañar?
- Bueno, no te preocupes, para eso está el barril.
Y lo llevaron ante lo que parecía un tonel de vino normal, con un agujero a la altura del mismísimo.
- Pero bueno, ¿y esto cómo funciona?
- Pues nada, te la sacas, la metes dentro, y a disfrutar. Prueba ahora, si quieres.
El recluta, más llevado por la curiosidad que por la lujuria, prueba y disfruta como nunca y dice:
- ¡Esto es fabuloso! ¿Y aquí puedo venir siempre que quiera?
- Siempre, menos el día que te toque dentro.

¿Os imagináis la cara que se le quedó al chaval? Pues una expresión así debí poner yo cuando hicimos el sorteo y nos tocó a nosotros y a Josema y Mercedes preparar la siguiente comida. Y así nos embarcamos en la aventura. Con nuestro lío habitual de la casa, los niños, el trabajo, etc. fueron pasando los días y no teníamos claro el menú. Habíamos pensado algo cada par por separado y habíamos hablado por teléfono hasta que el fin de semana antes nos juntamos, ya sin plazo para demorarlo más. Como dije en la entrada anterior, estuvimos dudando entre varios menús pero al final nos decidimos por la comida asturiana que podía dejarse medio planteada la noche antes y era un menú contundente, como pega en esta época del año. Aparte tenía el rollo pintoresco que siempre aporta un puntillo extra.
La preparación requirió un auténtico despliegue militar y comprobamos que nos vendría divinamente tener un lugar fijo y preparado con cacharros grandes, mesas largas y sillas, vasos para todos... En fin, a ver si con el tiempo nos vamos organizando.
Una vez decidido el menú nos repartimos la compra. Mi Evita se dedicó a buscar el cabrales, el cabracho, el chorizo asturiano y las cosas más raras en "El club del gourmet" del Corte Inglés, en el mercado de Huelin, etc y Josema y Mercedes hicieron la compra grande en Mercadona. Que después, según íbamos descargando cosas del coche pensé yo: ¿Cuántos carritos cargados de sidra, habichuelas y cosas varias llevarían esta gente por Mercadona? Me imagino a Josema con dos carros a la vez que, las veces que he tenido que hacerlo, no resulta fácil.
Después vino la preparación. Josema y yo fuimos al coche a por una botella de sidra para el chorizo y cuando llegamos estaban todos los fuegos de la cocina ardiendo con las ollas de la Fabada y un sartenón con los chorizos y el horno con la quesada... Es que daba gloria verlo. Eso sí, si tardamos 5 minutos más nos lo hubiéramos encontrado todo terminado. Me quedé flipado viendo el cartelón con la Asturiana y los menús con la comida y las instrucciones para escanciar sidra que habían hecho Josema y Mercedes (al final del texto está la foto del cartel).
Como no teníamos ninguna olla exprés para 25, preparamos las habichuelas en tres ollas. Luego pensamos que sería mejor mezclarlas para transportarlas mejor y para darles uniformidad así que pedimos prestada una olla en el bar el Palustre. Nos preguntaron cómo la queríamos de grande y les dijimos que la más grande que tuvieran, así como para bañar a un niño chico. Al final nos la prestaron aunque avisándonos, eso sí, que el canibalismo de niños está prohibido. Y qué ollón: cuando vaciamos allí las tres ollas exprés se quedó media.

Alguno se animó a escanciar sidra, pero el que tiró la mayor parte (tirar es echarla en el vaso, mal pensados) fue Josema, que demostró que si se cansa de las fotos podría poner un sidrería. Eso sí, supongo que al día siguiente tendría agujetas de la posturita (y resaca, claro).
Cantamos Asturias Patria Querida gracias a las buenas enseñanzas de Paco Conina que le vamos a tener que dedicar una sección especial en este blog, o hacerle un blog aparte para que sus alumnos y él mismo cuenten sus anécdotas y experiencias.
Pusimos unas tapitas de queso con carne membrillo (no sabemos si es típico asturiano, pero sobró queso de la comida anterior), un pastel de cabracho que personalmente me encantó y unas patata fritas en salsa de cabrales que invitaban a mojar sopas. Por si las sopas eran poco, pusimos unos trocitos de cabrales que me han tenido el coche "perfumado" una temporada. Lo bueno es que espanta a los bichos y encima es ecológico. Y unos platillos de chorizo asturiano (ahumado) cocinado a la sidra que se deshacía en la boca de tierno y al que nadie le hizo ascos.
Después de las tapas, un plato de Fabada Asturiana para cada uno. Separamos el compango (aquí se llama "la pringá") para que cada uno pudiera echarse en su plato chorizo, morcilla y tocino a su gusto.
Y para los que se quedaron con hambre, terminamos con la quesada y brindando con unas botellas de sidra achampanada (con burbujas) que está más dulcecita que la natural. El caso es que todo el mundo decía que esa sidra estaba más buena que la otra pero ya nos habíamos cargado 12 botellas de sidra natural así sin gustarnos mucho. Perdón, 11 porque una nos la bebimos... , perdón de nuevo. Quiero decir que la gastamos cocinando el chorizo a la sidra y practicando el escanciado.
En lo positivo hay que decir que sobró poco, por lo que creo que a la gente le gustó. (Nadie te va a decir que estaba asqueroso). Encima nos salió barato. Y, como dijo Ismael "alabando" la comida marroquí: este mes más de una se ha ahorrado ir a la pelu a echarse el tinte en las raíces gracias a los efluvios de su querido esposo y de las alubias de La Asturiana.
He puesto las recetas en la web y tengo que decir que todas mis vecinas de Málaga se han hecho alguna fabadita a nuestra salud, así que podríamos intentar que nos patrocinen los del compango Hacendado o los de la sidra Bosque Verde.
Aunque fuera llovía, dentro no hacía demasiado frío y la tarde estuvo animada. Podríamos decir que "disfrutamos" de un clima típicamente asturiano. Los niños se portaron razonablemente bien a pesar de estar encerrados y, paradójicamente, estuvimos más tranquilos que otras veces porque no tuvimos que estar pendientes de la carretera y la piscina. O quizás fue una percepción mía porque las mías estaban enfermas y se quedaron con los abuelos (y Eva tan ocupada guisando que tampoco me dio quehacer).
La prueba de que lo pasamos bien es que la tarde se alargó y se convirtió en noche. Para cenar pedimos y nas pizzas y echamos cuentas de jugar una partidilla de Trivial o algo así. Pero, como he dicho, nosotros teníamos las niñas malas y Mercedes tampoco estaba para muchos trotes después del trajín de todo el día, así que dimos por concluida la velada. Desde aquí pido disculpas por cortar el rollo a los más animados.
Entre tanto ajetreo se nos olvidó un pequeño detalle: Hacer el sorteo a ver quienes eran los próximos cocineros. A toro pasado puedo decir que, si bien es un curro, también es cierto que disfrutas más de la comida así que desde aquí mando ánimos a los futuros agraciados. Disfrutaréis decidiendo el menú, preparando las cosas, poniéndoselas a los amigos y viendo cómo se las comen, aunque para mí lo mejor es el rato de trapicheo con la otra pareja.
Cuando Eva me avisó que se nos había olvidado el sorteo le contesté que no importaba porque teníamos ocasión de hacerlo en Nochevieja. Ocasión que, por supuesto, no llegamos a aprovechar. Y así nos plantamos a finales de Febrero y sin cuentas de organizar la próxima comida. Estuve dándole vueltas al tema y le propuse a Eva llamar a la gente y quedar un domingo, los que pudiéramos, para echar un cerveza y celebrar el sorteo. Hasta pensé en hacer una lista de las parejas y sortearlo con la terminación de los ciegos. Pero como las mujeres son más prácticas y les gustan las cosas sencillas (como, por ejemplo, los hombres) al final no hicimos nada de eso. Simplemente buscaron un par de voluntarias para organizar la siguiente comida.

ASÍ QUE PRÓXIMAMENTE TENDREMOS COMIDA ITALIANA EN EL CORTIJO DE GEMA. Y GUISAN GEMA Y KARINA Y SUS RESPECTIVOS.
En cuanto fijemos la fecha, la publicaremos aquí.

A ver si esta vez no se nos olvida hacer el sorteo para la próxima comida. En la segunda vuelta creo que hemos guisado Javi y Ana, Mercedes y Josema y Eva y yo. Así que tenemos papeletas para casi todos.

Y ahora me voy a poner a hacer los deberes y empezar la crónica social de la Nochevieja 2010.

Saludos a todos.
Comida Asturiana (27-11-2010)